Contamos con la presencia de nuestro amado Obispo René Suazo, su esposa y parte de su familia. Una hermosa comunión fue la que pudimos vivir todos los presentes a este hermoso y crucial evento donde cuatro almas (tres de la primera iglesia de Antofagasta y una de la segunda) recibieron a Cristo muriendo y reviviendo juntamente con él.
La comunión entre la hermandad y la visita de nuestro Obispo se pudo vivir en los días 27 y 28 en el Balneario Juan Lopez de Antofagasta. Además de esto cada iglesia pudo disfrutar por días separados de las visitas desde Santiago (nuestro Obispo y familia) en cada Templo.
Damos las gracias a nuestro Obispo, su familia y A nuestro buen Dios por todos los lindo momentos vividos en esta comunión.